Por: Zulma Sierra
Hoy estás de buen humor, así que abres tu armario y eliges cuidadosamente tu vestuario: una blusa lila que combina perfecto con esa falda negra y aquellos tacones grises. Alguien te dirá que no es lila sino violeta y uno más atrevido insinuará que se trata de un morado (precioso); pero que tus zapatos no son grises sino azules.
Todos fallan: ni tú has elegido nada, ni ninguno de tus amigos ha acertado con los colores.
Pantone decidió por ti -hace más de un año- que en 2014 se llevaría el “Orquídea radiante.18-3224”, así que esa blusita tan chic y esos tacones tan coquetos, te los pusieron en tu armario prácticamente sin que te dieras cuenta.
Y tú dirás: “¡Claro! No soy tan ingenua. Las colecciones de moda se definen con un año de anticipación”. Sí, pero no es un proceso aleatorio. El comité de expertos de la casa Pantone que pontifica sobre LOS COLORES en el mundo es el que determina qué tonos moverán nuestros “impulsos” a la hora de comprar no sólo la ropa sino también los coches, los anuncios publicitarios, la decoración de las casas y el tapizado de los muebles.
La curiosidad te corroe y tecleas http://www.pantone.com y descubres, aterrada, que todo lo que te rodea y que con tanto esmero seleccionaste, no es otra cosa que la paleta de colores dispuesta para la temporada 2013-2014. Los tacones no resultaron ser grises sino “Paloma.160000”; tus cortinas exclusivas son de un vulgar “Sand.15-1225”, y el juego de sábanas resultó ser una combinación de “Celosia Orange.17-360” y “Hemlock.15-6114”.
¡Maldita sea! ¿Dónde quedaron el amarillo pollito, el rojo sangre y el azul cielo que con tanto orgullo proclamabas como tus favoritos en la infancia? Seguramente se quedaron en el cajón de las tendencias de los ochenta y algún día, tal vez, los expertos de Pantone decidirán que es hora de volverlos a poner en tu cerebro y en tu ya, cobarde intuición.
Se supone que los expertos viajan mucho y que se hartan de ver las películas que se están rodando para el año siguiente; se supone que visitan toda clase de estudios y talleres de diseñadores y que analizan diferentes exposiciones de arte en el mundo. Se supone que de todos esos informes, ellos calculan, evalúan y predicen lo que quiere el mundo en materia de colores.
Equilibrio reflexivo
En 2013 llegaron a la conclusión de que el predominante debería ser el Verde Esmeralda porque era “símbolo de crecimiento, renovación y prosperidad”, y para 2014 llega “el color Orquídea Radiante llega para intrigar a los ojos y despertar la imaginación”.
Estas descripciones tan tranquilizadoras vienen de la mismísima Leatrice Eiseman, directora ejecutiva de Pantone Color Institute, ese organismo plenipotenciario en materia de tonos, gamas y visos.
Dice la señora Eiseman que los consumidores estamos “buscando un equilibrio reflexivo, emocional y artístico” y que por eso, el Orquídea Radiante resulta ideal.
Piensas que algo se ha fumado la señora, porque es imposible concluir de manera tan tajante que la humanidad en su conjunto está buscando el “equilibrio reflexivo, emocional y artístico” en un lila que parece morado. O tal vez sí. Tal vez tu corta imaginación no te permite dilucidar la importancia de uniformarnos bajo los mismos tonos en el año chino del Caballo. Moradito precioso que viene lindo en camisetas, pulseras y calcetines.
Green Money
¿Mucha palabrería para darle la vuelta de tuerca a los colores? Quizás sí, pero es rentable. Pantone es una marca registrada y su lista de números cromáticos es propiedad intelectual de la compañía, de manera que su uso libre no está permitido. Cualquier color hay que pagarlo, y a muy buen precio. Y si contamos con que la compañía es la que impone lo que está de moda y lo que no en materia cromática, el negocio es redondo.
¡Y pensar que la empresa nació en 1962 como un pequeño negocio de tarjetas de colores para cosméticos! La cosa ha crecido a ritmo de arco iris y hoy en día las Guías Pantone dominan casi cualquier proceso de impresión en el mundo.
Además, resultan rentables si se analizan desde el punto de vista comercial: La Dole Food Company, que se precia de vender las frutas y verduras más frescas del mundo, ha reconocido públicamente que clasifica las etapas de maduración de sus bananas de acuerdo a las paletas Pantone y está claro que cuando el plátano tiene un color Pantone 12-0752 se vende más que cuando el color es Pantone 13-0858. Dicho de otra forma: si el amarillo plátano se parece más a un Pantone 12-0752, quiere decir que inspira maduración sin pecas ni manchas, y por tanto, estamos ante un plátano de película que se venderá más rápido.
No hay forma de escapar ante tanta evidencia: tu mundo cromático es una farsa impuesta por un ‘quiensabequién’ que se inventa las preferencias y si nos descuidamos, patenta el arco iris.
Tu armario, ese que con tanto celo has hecho y deshecho conforme pasan las estaciones, no es otra cosa que una tarima manipulada, predecible y aburrida.
Lanzas un grito desesperado y te empeñas en no combinar, te olvidas de las reglas básicas de colores primarios y secundarios y te esfuerzas por desentonar todo lo que puedas. Es inútil. Pantone ya sabe que la nueva tendencia es justamente esa y ya te ha dejado una mancha encantadora en tu nuevo look, sin que te dieras cuenta.